La Cueva
Para Paloma, sorpresa...
El grupo explorador llevaba cuidado, muchisimo cuidado. Las fuerzas tampoco sobraban, hacía bastante tiempo que el alimento escaseaba y esperaban encontrar agua en el fondo de la caverna.
No sabían muy bien que les había impulsado a semejante aventura, lo más fácil habria sido seguir con el itinerario marcado de antemano. Pero estaban ansiosos de aventura.
El guardia de la entrada no había supuesto ningún problema, aprovecharon un descuido y ¡zas!, para adentro. La bajada a la cueva había sido peligrosa, las escaleras de madera tenían ya demasiado tiempo y estaban necesitadas de una buena reparación.
Ya habían llegado, y encontraron más de lo que esperaban. En la pared norte había toda una colección de herramientas, algunas estaban irreconocibles por el óxido, pero la mayoría podrian funcionar aún. En el piso se veian marcas de lo que era sin lugar a duda unas ruedas de algún artilugio de transporte, posiblemente una carretilla.
Y por fín el ansiado agua... pero justo cuando estaban apunto de acercarse una voz desde la galería superior los dejó petrificados.
¡Niños! Dejad de jugar en el garaje y subid el agua de una vez, que ya teneis la merienda preparada.
Terminus (L. Eduardo Parra)