sábado, diciembre 31, 2005

El reto

Hace unos días Comandante, con la amabilidad que le caracteriza alabó mi voz. No se que vería, yo la considero mas bien normalita tirando a vulgar. Y como caballero manchego, al igual que Don Quijote, defensor de causas perdidas, soñador de amores imposibles y cumplidor de promesas ante todo... acepté su Reto. Ahi os lo dejo, sed benévolos.


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De esta historia yo saco mi propia moraleja: Prefiero tener el corazón roto a no tener corazón. ¿Vosotros que preferís?

Eduardo

jueves, diciembre 29, 2005

Mi piscina

Hola:
Los que me conoceís me habréis oído decir en más de una ocasión que en mi recién estrenada vida tenía intención de hacer muchos cambios. He tirado la mayoría de la ropa y me he comprado nueva, en el momento que el juez me lo permita cambiaré todos los muebles... vamos dejar el piso como nuevo. Pues bien tanto afán de cambiar que esta noche tengo una piscina en la cocina.
¿Que cómo es posible? Muy fácil, estaba en casa viendo diversos blogs, escribiendo unos correos... y en uno de ellos decía que quería escribir algo banal. No por nada, por cambiar un poco. Cuando uno de los radiadores de la cocina empieza a silbar.
Una persona en su sano juicio hubiera apagado la caldera, abierto la válvula de seguridad y esas cosas. Pero como ando un poco alocado pues... no. He ido a por una llave inglesa y he intentado apretar la tuerca que estaba floja. Pues la tuerca estaba podrida y ha salido entera.
Me he encontrado con un chorro de agua a presión a 70ºC sobre pecho y brazo. Después de comprobar que eran quemaduras superficiales me he aplicado un remedio casero, zumo de limón, vinagre y hielo.
Y aquí estoy, a las dos y media de la madrugada, con una piscina en la cocina, una compresa de un potingue casero en el pecho y un brazo y un gin-tonic en la otra mano. Con un par.
Hay noches en que los astros te sonríen, hoy de mi se descojonan.

Chao

PD: No os preocupeis, a pesar del panorama me ha entrado la risa floja y no puedo parar. Es divertido.

PD2: Acabo de comprobar que gran parte del agua ha caído en las cajas de chismes que se tiene que llevar mi exmujer. Ahora el que se descojona soy yo.

lunes, diciembre 26, 2005

Lo Malo de ser bueno

Se veía a si misma sentada en los escalones de entrada de su casa de campo. Mirando el atardecer con esos tonos dorados que tanto le gustaban cuando se ponía el sol. Estaba pensando...


A lo lejos se adivinaba la figura de un jinete, algo familiar pero no conseguía acordarse de que, pero era muy, muy familiar.


El día había sido nefasto, porque siendo buena estudiante, buena amiga, siempre dispuesta a hacer un favor... era siempre ridiculizada. No era justo.


El jinete seguía acercándose ¿Por qué le era tan familiar?


Esta mañana en clase había roto a llorar al intentar ayudar a un niño y ver como éste rechazaba su ayuda al grito de ¡Quita cerebrito!


El jinete por fin llego ante la puerta. No te aflijas pequeña. A otros antes que a ti nos han humillado por ser como somos, es lo malo de ser bueno. Pero no desesperes, al final perduramos.


El atardecer se tornó más hermoso y Don Quijote siguió su camino.

Eduardo

Nota: Bueno, seguro que algunos ya conocían el relato, ya que Cattz (gracias preciosa) tuvo la amabilidad de publicar el podcast de el en su blog. Pero quería que se quedara escrito.

viernes, diciembre 23, 2005

Ververa

Ayer pedia a gritos una nueva estación. Una estación en la que pudiera estar cómodo. Gacela (gracias guapísima) me dio la solución.
Por lo tanto declaro que el planeta Kalsgah, a partir de este momento, sólo tendrá una estación en todo el año, Ververa.
Una estación en la que no hace calor ni frío, con flores cuyo polen no enturbie nuestro olfato.
Con fina lluvia refrescante a la mañana y suave brisa relajante al atardecer.
Con sol luminoso durante el día y luna llena plateada para alumbrar nuestras noches.
Noches en las que nos podemos reunir a disfrutar de la compañia y degustar los más dulces nectares de la naturaleza.
Todo eso será Ververa, en el utópico planeta Kalgash.

Y ahora os toca a vosotros contarme como sería vuestro Ververa.

Eduardo


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La Soledad

La Soledad como refugio, aunque no lo creas si ayuda a pensar, definir quién eres, qué es lo que quieres y que pintas en esta vida.
¿Cuándo viene el problema? Cuando todo el mundo espera de ti que seas la alegría de la fiesta, cuando todos vienen a pedirte consejo, cuando a pesar de tu estado te exigen el máximo y francamente… lo único que deseas es desaparecer del mundo. Matarías por una amnesia repentina o por una isla que nadie conociera.

Ampárate por unos momentos en tu soledad. Trata de encontrar ese extraño equilibrio entre amargura y euforia, mézclalo con una pizca de locura, no mucha, la justa y te podrás convertir en una persona nueva, reinventada.

Parece fácil ¿Verdad? Creedme, es más fácil pensarlo que harcerlo. Empezé el discursito para animar a alguién, pero... ¿A quien quiero engañar? También estaba pensando en mí. No se si será la dichosa navidad o que, siempre estas fechas terminan por chafarme el estado de ánimo. En fin... después de éste desbarre de jueves por la noche esperemos que como me deseó una buena amiga: Feliz Navidad y si no lo es... que pase pronto.

Eduardo

PD: A pesar de todo queria escribir algo feliz, pero bueno... quizá en primavera, tampoco que siempre me da alergia. Verano... odio el calor. Otoño, se cae la hoja. Nada, ya os podeis inventar una estación donde me sienta agusto.

martes, diciembre 20, 2005

El sueño

El sueño

Para Mayka, seguiremos soñando...

Como gustaba de recorrer la playa corriendo, acompañado de su perro, de norte a sur, de este a oeste. Siempre corriendo, sintiendo la brisa del mar en la cara.

Como gustaba de jugar con los amigos. Era el capitán del equipo, el mejor delantero, la envidia de sus compañeros que vitoreaban su nombre al final de cada partido.

Como gustaba de bailar por las noches, siendo el centro de atención de las muchachas del lugar, no había pasos como los suyos, siempre rozando la perfección. La de corazones que había roto en aquellos bailes.

Como gustaba... de pasear... correr... jugar... bailar...

Desde su silla de ruedas, como gustaba de soñar.

Eduardo

lunes, diciembre 19, 2005

El Alma de la Montaña

Hola:
Perdonad la tardanza, pero esta noche he dormido poquito y he estado un poco fuera de juego. Quería poner un relato pero... no se donde está, cuando aparezca prometo ponerlo.
En vez del relato os voy a dejar una receta (de cocina no, eso otro día). Os cuento, hace unas dos semanas estuve en los Montes de Toledo, son preciosos en invierno y con algo de frío. Os dejo un par de fotos y una música.








Si teneis una montaña cerca, subid a ella al atardecer, mirad hacia donde se pone el sol y poned la música al volumen exacto que os deje oir el murmullo del viento. Quizá entonces, como yo, descubrais el alma de la montaña

Aquí está la música
Y aunque parezca mentira, las fotos las hice yo.

Chao

viernes, diciembre 16, 2005

The Golf Cafe


Hola:

¿Que de donde vengo? Fácil de The Golf Cafe, en Añover mi pueblo natal. Hacía tiempo que no tenía el honor de traspasar sus puertas, pero hoy... bueno, por que no.
Pasas al local, decorado con todo los utensilios de deportes ingleses tales como golf, polo, hockey... Ambiente relajado, música de jazz, paredes de madera, humo en el ambiente, cerveza y... Luis. El responsable de semejante paraíso en el centro de la provincia de Toledo.
Con la sabiduría que da el saber estar detrás de una barra me pregunta:

L: Edu, que tal ¿Cuanto tiempo no?
E: Si, ya ves chico, de vuelta.
L: Bien, veo que estais viviendo otra vez aquí.
E: No, Luis, solo soy yo el que vive aqui, estoy soltero de nuevo.
L: Pero... ¿Estas bien no?
E: Hombre, ahora sí, gracias a varios amigos, si.
L: Pues ahora a vivir.

Gran sabiduría, la que dan las clases de filosofía de barra en las cuales Luis es un maestro. Y allí hemos estado, arreglando un poco el mundo entre cerveza, humo y música de jazz.

Si algún día el camino os deja allí, decid que vais de mi parte, sereis uno más de la familia.

Luis, acabo de destapar la penúltima cerveza esta noche. A tu salud.

Eduardo

miércoles, diciembre 14, 2005

Algo de musica

Hola de nuevo:
Despues de una semana un tanto extraña vuelvo a la carga. Hoy quería poner un podcast, pero tengo la garganta que parece un papel de lija, asi que... os voy a hablar de una de mis pasiones, la música. No soy músico pero si que me gusta aporrear de vez en cuando el teclado del sintetizador, incluso me estaba atreviendo a componer algo. Desgraciadamente las partituras se han perdido, así que tengo que volver a empezar de nuevo.
Bueno a lo que nos ocupa, que empiezo a perderme. Mi música favorita, como no, es la electrónica, sobre todo "New Age". Aqui os dejo tres ejemplos a ver que os parece.

1.- Lothlorien con Ghostwood, con tintes celtas, cuando la escucho a oscuras parece como si fueran a salir elfos de cualquier rincón


2.- Positively Dark con Crunch, electrónica y percusión, no apto para bisbales y demás fauna.

3.- Synthphony con Secret Love, algo más normalito, casi bailable y todo, en la linea de Depeche Mode.

Estos son tres ejemplos, encima son gratuitas bajadas desde la página de los autores. Decidme que os parecen (si quereis vamos) o ¿Voy encargando directamente la camisa de fuerza?

Chao

Edito: A ver si os gusta este: Ravie con Ritual of Ganga

sábado, diciembre 10, 2005

Una luz

Después de tanto buscar, entre la oscuridad, después de tanto buscar… tantas noches…

Tantas noches sin rumbo, tantas conversaciones banales, tantas vueltas alrededor del mismo edificio buscando aparcamiento. Tanto tiempo perdido, tantas noches…

A un solo paso que las tinieblas ganaran la batalla, cuando la esperanza estaba perdida, cuando el desasosiego se hacía fuerte, cuando todo era equivocado, tantas noches…

Una nueva luz apareció en un recodo, casi escondida, casi inadvertida. Se aferró con desesperación, con tanta que casi la quiebra.

La luz le guía por la noche, evitando los obstáculos, con ternura. Desgarrando las malditas tinieblas a su paso, camino del amanecer. El amanecer más hermoso que jamás conoció.

Eduardo

Musica para amenizar la lectura

jueves, diciembre 08, 2005

Se oye la misma cancion

Cuando empecé a escribir éste, quería escribir otra cosa, pero es lo que salió.

Así que de malo que es me lo dedico a mí.


"Se oye la misma canción

La función ha comenzado

Empapados en alcohol

Con perfume de tabaco"


Son las doce de la mañana y la cama volvía a estar vacía. Ni tan siquiera recordaba su nombre. Hace doce horas estaba en aquel local abarrotado de gente, la atmósfera cargada de humo y el alcohol regaba todos los rincones.

La música le recordaba tiempos mejores en los que todavía sabía sonreír y su mayor preocupación era conservar su pelo perfectamente engominado. Bueno, eso ya tampoco le quitaba el sueño, con los años ya no tenía nada que engominar.

Esa música seguía igual, pero el local antes luminoso, ahora le parecía tétrico. La gente no era la misma. Su gente ya hacía tiempo que se había refugiado en sus vidas. Antes la juerga duraba hasta el amanecer, ahora eran miembros productivos de la sociedad.

La noche seguía avanzando, los vapores del alcohol empezaron a distorsionar la realidad y sus ojos enrojecían por el humo del tabaco. Se acercó a la barra y pidió la que seguramente sería la última copa que aguantaría su cuerpo esa noche.

Cuando volvía chocó con alguien y el licor se derramó sobre su ropa, bueno, alcohol por dentro y por fuera, que más da.

Cuando se incorporó, no sabía si pedir disculpas o explicaciones, se encontró con unos ojos aun más enrojecidos que los suyos. Tampoco enfocaban bien, por lo visto Baco estaba haciendo un buen trabajo esa noche. Entre balbuceos de borracho salieron de aquel antro y se dedicaron a ir dando tumbos por las calles de la ciudad.

El alba les sorprendió en la puerta de casa y decidieron pasar, del resto no conserva un recuerdo nítido, tan sólo destellos. O quizá fuera un sueño, quien sabe. Otro día, si vuelven a chocar preguntaría su nombre, o no, total... ¿Para qué?

Siguió tarareando la misma canción...

“Solitarios en el bar

En busca de compañía

Explorando la ciudad

Palmo a palmo cada día”


Eduardo

Nota: Si alguién se lo pregunta, la canción es "Victimas del desamor" de Video.


Edito: Hoy es mi cumpleaños, empezó algo deprimido, pero una persona ya se ha encargado de alegrar el día. Incluso con su correo se ha adelantado a la felicitación enlatada del Corte Inglés.
Gracias Cattz.

domingo, diciembre 04, 2005

Amigos

Amigos

Este relato está dedicado a dos personas:

Para Cdaae, quería un relato de amistad verdadera.

y

Para alguien...

La vio marcharse, y su memoria le mostró la historia de toda una vida. Cuanto tiempo había pasado desde que jugaron juntos en el patio del colegio, siempre con una sensación extraña... Le daba miedo acercarse demasiado o rozarla siquiera, pero cuando ocurría, una descarga eléctrica le sacudía todo el cuerpo. Era la misma sensación que había tenido hoy, al despedirse para no se sabe cuanto tiempo.

Siendo adolescentes, había sido la chica de su mejor “amigo”. El veía como sufría al lado de una persona que no la merecía en absoluto, tampoco se atrevía a hacer nada por miedo a que sus ojos revelaran su interior. Al mismo tiempo la rabia le consumía al ver como estaba malgastando su vida con un miserable, y la odió. La odió por mucho tiempo, como sólo se puede odiar por un amor no correspondido.

Pero sus sentimientos eran más fuertes, y siempre observaba en la distancia. Siguieron sus caminos, tan parecidos que se podría decir que se espiaran, que adivinaran los movimientos. Sin saberlo estaban destinados a cometer los mismos errores del otro.

Y así siguieron sus infelices vidas por años, distanciados, sólo hablando de formalidades en las contadas ocasiones en las que se vieron. Hasta aquel día en que todo se hizo evidente.

No habían nacido para vivir encerrados, eran almas hechas para la libertad y en un rapto de locura cada uno rompió con su pasado.

Y por fin quedaron juntos, amparados por el anonimato entre la gente, se miraron y comprendieron que tenían algo hermoso que compartir. No hizo falta hablar, sólo con sus ojos se dijeron... “Tampoco estamos hechos el uno para el otro”.

Hoy, ella ha partido rumbo a la aventura para rehacer su vida. Y él, él se ha quedado para rehacer, a partir de unos pedazos, la suya. Siempre serán los mejores amigos y seguirán adivinándose los movimientos y los pensamientos aunque no estuvieran juntos... siempre... amigos...

Terminus – L. Eduardo Parra

No suelo sugerir bandas sonoras a mis escritos, pero si lo leéis escuchando “Gravity of Love” de Enigma, seguro que mejora.

N. A.: Este texto puede reproducirse libremente siempre que se cite al autor

viernes, diciembre 02, 2005

No sólo en las películas

Cattz acaba de poner un comentario en la entrada anterior. En el cuenta la odisea de un amigo suyo "LENKO". Lo pongo para ilustrar como se puede sentir una persona en semejante situación. Yo sólo me vi una vez en algo así, aunque en menor escala. Fue hace unos años en Badajoz, cuando los cielos descargaron ni se sabe de agua.
Cattz, Lenko, no os he pedido permiso pero si hubiera cualquier problema quito la entrada.

"escrito el 01/12/05 23:20
Hoy me han dado luz a partir de las 8 de la noche así que venía aquí a escribir un mensaje igual al que puso Cattz para saber como estaban todos

Por mi parte pasé la noche más cardiaca de mi vida con diferencia.

A las 10:00 me llaman de la guardería y me avisan que tengo que ir a recoger a la niña antes de las 14:00 por la tormenta tropical que se avecina.

A las 17:00 ya se nota bastante viento, pero como estoy en un evento dentro del recinto ferial de Santa Cruz no me entero de nada más.

Eran las 20:30 cuando salimos del edificio que se encuentra justo al lado del rascacielos que aparece en la segunda foto. Teníamos el coche aparcado en el propio recinto y nos fuimos a tomar algo a un bar cercano. Hablé por teléfono con mi mujer y me dijo que el viento era increible, que se había ido la luz y que estaba muerta de miedo. El resto de compañeros tuvieron conversaciones similares pero como allí no había mucho viento no nos preocupamos mucho.

Media hora después estabamos bastante acojonados. No nos atrevíamos a salir del local porque pensábamos que el viento nos llevaría, pero temíamos por los coches. Finalmente el dueño del bar decidió por nosotros y nos echó de allí porque iban a cerrar. Salimos corriendo por la avenida mientras veíamos con asombro como los árboles comenzaban a desgajarse y la acera se llenaba de piedras, cascotes, vallas de obra (auténticas cuchillas de varios metros cuadrados), cristales rotos.

Pero todos nos asustamos de verdad cuando, por encima de nuestras cabezas, empezó a sonar un crujido de algo metálico que se rompe y, de repente, las planchas que recubrían el edificio empezaron a caer sobre nosotros.

Corrí como nunca y casi bajo las empinadas escaleras del recinto ferial rodando hasta llegar al coche. El resto de los que iban conmigo decidieron seguir corriendo buscando el refugio cercano del restaurante donde supuestamente nos esperaban para cenar (La Cascada del Parque Marítimo) pero yo (gran error) me hice el valiente y les dije que no podía dejar a mi mujer sola toda la noche.

Así que me metí en mi coche y salí a la máxima velocidad que creí razonable, esquivando señales de tráfico, ramas de árboles y aguantando firmemente los forcejeos del viento. Conseguí llegar a la autopista y enseguida me arrepentí de estar allí. Para empezar todas las luces se apagaron de repente; había entrado en la zona donde comenzaba el apagón. Perdida la protección de los edificios el viento me empujaba como un títere de un carril a otro, me enviaba la lluvia sobre el cristal con una dureza que la hacía repiquetear como si fuera gravilla y a duras penas conseguía evitar las señales de tráfico, los bloques y la multitud de obstáculos... hasta que a unos 20 metros de mi vi un cartel de anuncios, de esos que se ponen en los laterales de las carreteras, de unos 10 x 4 metros que se abalanzaba sobre mi empujado por el vendaval.

Pensé, de verdad, que ahí se había acabado todo, pero pasó por debajo del coche, haciéndome perder totalmente el control y, milagrosamente, sin hacer explotar ninguna goma.

A paso de tortuga realicé el resto del camino hasta mi casa.

Cuando llegué a la zona la única luz que había en el mundo era la de los faros del coche. Tuve que pasar por debajo de algunos árboles desgajados que amenazaban con caer en cualquier momento... pero cualquiera se quedaba sin llegar al destino. Por supuesto delante de mi casa no había sitio para aparcar así que lo tuve que hacer en la calle de al lado. Ahora el vendaval era aún más fuerte y lanzaba todo tipo de objetos sobre el coche: trozos macetas, cristales de farolas, ramas, piedras. Intenté abrir la puerta del conductor pero como estaba sobre el lado del viento no lo conseguí. Tomé aire, apagué el coche y de paso la única luz de la que disponía y salí por la otra puerta corriendo como alma que lleva el diablo.

Casi no podía caminar (el viento me hacía cambiar de trayectoria continuamente) y no veía nada, se me metía arena y agua en los ojos y tenía el corazón a mil. Lo único que pensaba era que en cualquier momento un trozo de algo me daría en la cabeza y ahí sí que se acabaría todo. Después de un rato, que me pareció eterno, llegué a la puerta. Estaba a un paso de salvarme... PERO NO HABÍA FORMA DE ENCONTRAR LA LLAVE CORRECTA. Probaba y probaba, sin poder ver nada, y de los nervios se me cayeron al suelo. Las recuperé y después de varios intentos pude entrar por fin.

Mi casa parecía preparada para un aquelarre, toda llena de velas, pero allí me esperaba mi asustada mujercita y Diego, durmiendo como un campeón.

Cuando la adrenalina se pasó todos los nervios se fueron a la barriga. Un par de horas después estaba en el baño vomitando hasta el almuerzo de mi comunión.

Recordado hoy hasta a mi me parecería una gran exageración si no fuera por la cantidad de relato parecidos al mío que he compartido estos últimos días.

Finalmente escapé con un faro roto (curiosamente en el otro coche) y un par de horas de luz al día para compensar.

- Lenko - "