¿Que se puede hacer cuando un viernes a las mil y monas descubres que no tienes sueño? Sabiendo además que el sábado tendría un grupo de invitados selectos en casa. Pues lo más fácil del mundo: te levantas, abres el frigorífico y te encuentras con esto.

Esto es... dos cebollas de las gordas, dos zanahorias, dos tomates, ajos, pimienta, sal, romero, aceite, vino tinto y un cacho carne de toro.

Ahora con un brazo con una parte metálica se corta el cacho carne en cachitos y tiene suspense por que a punto estuve de añadir a la carne algún dedo de mi cosecha, todavía no controlo. Se ponen los cachitos en una sartén y se fríen un poco sin pasarse.

Las verduras se meten en una olla de las normales (las ollas a presión no me gustan) con aceite de oliva y se dejan pochar, también cortadas en cachitos. Eso sí el tomate se ha de echar el último. Cuando ya están casi pochadas se añade el vino tinto y se deja cocinar un cuarto de hora más o menos. Después se tritura todo con la batidora, ojito con no poner la cocina como si hubieran matado a alguien.

Cuando tenemos ya la salsa hecha se añade la carne con sal, pimienta y romero y se deja como unas tres horas a fuego lento, acordandonos de mover aquello con frecuencia, que yo me se de uno que se puso a hablar por teléfono y se le agarró un poco. Tened en cuenta que es una carne dura y necesita su tiempo.

Y eso fué lo que comimos el sábado. Que aproveche.

Edu