Encuentro - Capitulo III

... La calle era algo empinada y bastante resbaladiza, dolían las piernas de ir frenando constantemente para no terminar rodando calle abajo. Los tacones de ella no terminaban de llevarse bien con las piedras que servían de pavimento. Sino fuera por la tristeza que embargaba a ambos la situación sería cómica.

Al llegar al cruce del final un borracho salió de entre los soportales. Los tartaleones y el vómito que tenía sobre la chaqueta no hablaban muy bien de su estado. En que lastimosa condición terminamos cuando nos damos al alcohol. Al percatarse de su presencia intentó abrazarse a la mujer mientras soltaba una ininteligible sarta de obscenidades por la boca. El, tratando de no parecer muy brusco, de un empujón mando al borracho al otro lado de la calle. Se quedó allí, en la misma postura en la que cayó, canturreando el último “éxito” del verano, al menos alguien estaba feliz.

-Gracias.
-No las merece, tampoco me enorgullece derribar a alguien así.

Después de unos cuantos pasos más ella aclaró.

-Al menos éste tiene la excusa del alcohol.
-¿Por qué lo dices?
-Otros tratan de hacer lo mismo, pero totalmente conscientes de lo que hacen.
-Eso es peor todavía
-Todos lo intentan, lo que me sorprende es... ¿Y tú? Tú todavía no has intentado nada.

Un silencio más largo todavía....

Como explicar a aquella mujer que no todo el mundo intentaría asaltarla, al menos... él no. Parece que esa noche estaba destinada a derribar unos cuantos tópicos, al menos entre esos dos desconocidos. Por cierto... todavía no se habían dicho ni sus nombres...

... continuará...

Eduardo