¡Despierta ya!

• ¿Estás despierto?...

• Si, pero no se que me pasa, me siento muy débil hoy.

...

• ¿Que ocurre? ¿Te noto muy extraña esta mañana?

• Ahora te lo explico

Parece un diálogo normal entre una pareja cuando se levantan por la mañana. Todo el mundo se siente algo desorientado después de un sueño reparador. Hay un momento incluso que se llega a confundir la propia realidad en ese estado.

Se permitió de todas formas cinco minutos extra antes de levantarse. En ese estado de inconsciencia lúcida se sintió afortunado por la suerte que tenía. Llevaba ya con esta maravillosa mujer 10 años, quien iba a pensar que durara ya tanto tiempo. Ninguna discusión de relevancia, siempre había sido una relacción muy tolerante. Era inteligente, dinámica y encantadoramente resuelta, antes de conocerla creía que sólo en sueños habría alguien así. Y una voz... una cautivadora y dulce voz...

Unas palmaditas en el hombro consiguieron despertarle completamente, allí estaba ella de nuevo.

• Por fin consigo despertarte. Ahora quiero que me escuches con atención. He estado hablándote durante 10 años y por fin la terápia ha dado resultado.

• ¿Que tonterías estás diciendo? ¿Por qué llevas esa bata?

• Llevas 10 años en coma y yo he sido la voz que te ha ido guiando durante todo este tiempo con la esperanza que algún día despertaras. Ahora viene el equipo para empezar la rehabilitación.

Despierto ya alzó la cabeza y vió que estaba en una sala blanca de hospital, la mujer era una enfermera y detrás había un montón de batas blancas tomando notas. Recostó de nuevo la cabeza y cerró los ojos con fuerza y con la esperanza de recuperar su vida. Quizá... si dormía lo suficiente sólo sería un mal sueño...

Eduardo