
Miras a tu alrededor, estás rodeado de luz, no hay sombras marcadas en el suelo. Entornas tus ojos, tanta claridad deslumbra.
Es algo imposible para una criatura de la penumbra, no hay donde ocultarse, nada está escondido. Aunque cierres los ojos sigue haciendo daño.
No sabes si dormir o levantarte, no hay ciclos para el descanso, el cuerpo empieza a dudar.
Los ojos se secan, la piel se agrieta, los labios se abren, la garganta tose polvo.
No es tan bueno como anuncia el cartel.
Bienvenido a la Ciudad de los Mil Soles.
Eduardo
6 comentarios:
¡¡¡¡Que angustia !!!!!
Un besazo (¿de verdad tienes cinco ordenadores , y los usas todos ??
Últimamente estás muy metafísico, xiquet...
Un abrazo.
OLÉ! Aunque si es angustoso, me recuerda mucho a la peli Sunshine...
que agovio, eso si te pondrás bien moreno.
Joder Edu, hasta para una amaaante del sol como soy yo esto ha resultado agobiante!.
Pero como no estamos en esa ciudad y solo tenemos un sol.. disfrutémoslo! ;)
(Por cierto, salao, el café londinense no me mató! ;))
Besoos!
Para alguien que adora la noche como yo, esa es la peor de las torturas.
Cuidate!!!
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