sábado, junio 14, 2008

Volver...


Se marchó hace tanto tiempo que apenas recordaba que fue allí donde nació. ¿Qué puede obligar a alguien a desaparecer de esa forma?

Era consciente de la multitud de comentarios y rumores suscitados por su ausencia, desde los que casi aciertan a los más absolutos disparates. Era de entender,en un pueblo pequeño cualquier cosa, por insignificante que fuera, se convertía en noticia.

Ahora desde la carretera que le llevaba de vuelta podía ver aquel que una vez fue su pueblo. Estaba cambiado, mucho. Las afueras se habían convertido en el centro, las calles asfaltadas, las casas de tapial habían sido sustituidas por otras de ladrillo.

Esto último le entristeció, los recuerdos de su infancia no cuadraban con lo que ahora veía. Aquel tampoco era su sitio, estaba distinto, más grande, menos pueblo, más gente y casi toda desconocida. Era igual que cualquier otro lugar.

Y pasó de largo.

Edu

PD: El escudo de la fotografía está realmente en una fachada de mi pueblo, además de ser el escudo de armas de mi segundo apellido.

9 comentarios:

Benjuí dijo...

Si te consuela, te puedo decir que a todos nos ha pasado algo así con el barrio o el pueblo... El tiempo, amigo mío, no se detiene en el lugar de tus recuerdos.

irene dijo...

Sucede casi siempre, sobre todo si has vivido momentos inolvidables, cálidos, entrañables, yo casi prefiero no volver a sitios que han cambiado tanto que para mí no son los mismos, son extraños, no hemos ido creciendo juntos, tristemente pasa igual con algunas personas, te das cuenta de que aquello que tanto te unió, hoy es sólo un vago recuerdo.
Cambian los lugares, cambian las gentes.
Muy "chulo" el escudo de armas de tu apellido.
Besitos Edu.

Sirena Varada dijo...

El caso es que el tiempo se lo lleva todo por delante, sin que importe gran cosa que nosotros lo sepamos... ¿Qué hacer cuando no reconocemos lo que dejamos atrás? Tal vez intentar conservar intacto el recuerdo y, como hace el protagonista del relato, pasar de largo.

Un beso

(PD. Por cierto, el solomillo buenísimo, alta cocina que dirían algunos)

Anónimo dijo...

Hola, hace tiempo q no escribo, aunque si q leo...
Como estas?
La mitad de las veces no reconozco ni x donde ando, quiza es x mi misma, quiza es x el sitio, no lo se.
Espero verte pronto, un besin Edu.
Euforia

Xavier dijo...

El cambio le llega a todo.. a unos primero, a otros más tarde.

¡Incluso al pueblo!


¡Salut i birra!

Kprixossa dijo...

La verdad es que cuando recuerdo mi Bajamar natal, un pueblito costero pequeño, con pocos "autoctonos" y bastantes guiris... Mis recuerdos me devuelven gratos momentos, pero cuando vuelvo a mi pueblito, veo que no es el de mi recuerdo, lleno de nuevos edificios, con gente nueva, y las cosas cambian tanto, que he pasado a ser "extranjera" en mi propio pueblito natal, trás vivir 20 años en él.

Bito dijo...

A veces nos equivocamos. A veces al volver no llevamos sorpresas que no nos esperábamos. El pueblo pesa mucho más para el que lo dejó estancado, porque la memoria no lo mantiene intacto sino que lo llena de matices que nuestros propios temores inventan.

Y te lo dice un eterno naúfrago.

Unknown dijo...

Estoy con Irene o Bito, es cierto...

Bueno guapeton, que como ves ya he vuelto a las andadas y ya estoy activa por aqui, casadita ya!!

Te dejo un beso
Nos vamos viendo
Muaka
Pilar

terminus dijo...

Parece que el sentimiento es común a todos los que por aquí pasamos. El cambio es inevitable y la mayor parte de las veces necesario.
Pero cuando vemos todo lo que ha cambiado entonces nos miramos al espejo y descubrimos que no sólo es el pueblo el que no es igual.

Gacias a todos por pasar por aquí. Nos vemos.

Edu