martes, junio 13, 2006

¿Un cuento?


Erase una vez en una fría aldea de una montaña helada que había un dragón bueno. El bueno del dragón velaba para que los aldeanos no se congelaran con el viento de la montaña con su aliento de fuego.

Siempre a la misma hora era convocado en la plaza del mercado y allí insuflaba el preciado calor a los vecinos. Que feliz era el dragón bueno al sentirse útil, no entendía como sus primos podían ser tan malos quemando cosechas y cabañas en las aldeas vecinas. El se sentía bien siendo bondadoso.

Pero los aldeanos eran avariciosos, descubrieron que si se llevaban a su cabaña un trocito del corazón del dragón bueno serviría para calentarse sin la incomodidad de ir a la plaza todos los días.

Uno a uno, cabaña a cabaña, todos querían su trozo. Pero en su perfidia no se daban cuenta que la bondad residía en el corazón. Cuando el último trozo fue retirado de su pecho el dragón dejó de ser bueno.

Como sus hermanos empezó a lanzar fuego a las cosechas, a quemar cabañas y a destrozar los edificios de la aldea. Los aldeanos no paraban de maldecir contra él...

Pero que malo es este dragón

Por que todos somos los aldeanos, por que todos somos el dragón. ¿No lo crees así? ¿Seguro?

Eduardo (¿Aldeano o dragón?)

10 comentarios:

Guillermo dijo...

Pero que malo es este dragón sin corazón

Creo que tienes un poco de dragón, aunque tu no vas regalando trocitos de corazón a diestro y siniestro, desde luego aun te queda mucho.
Siempre que pienso en un dragón me viene el recuerdo del imponente dragón de la peli Dragonheart con la voz de Paco Rabal (eso es una voz)

Uy que tarde es, me voy a acostar, ya estoy hasta el gorro de repasar. Buenas noches

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho Eduardo.

I.

iralow dijo...

Hombre, yo siempre he dicho que soy más de campo que las amapolas...y me asilvestro cada vez que voy al pueblo...y fuego...bueno, eso no soy yo quien debe decirlo, pero siempre me he considerado bastante pasional en todo lo que hago...vas a tener razón...soy una paleta ardiente!!!

Besos, y sigue contandonos cuentos para soñar ;)

Ea! dijo...

Me gustan los cuentos.
Y los dragones.
Siempre pensé que la princesa estaba enamorada del dragón en realidad y que Sant Jordi era un capullo prepotente que metió la pata hasta el fondo.

Flu dijo...

Que bonito, que bonito!!

Yo quiero un Terminus que me cuente una historia con moraleja para cada día del año!!

Anónimo dijo...

Me parece correcto que al final todos nos convirtamos en dragón dado a que nos suelen tratar así los aldeanos,por eso yo intento ser poco aldeano con los demás y si me vuelvo dragón intento no quemar las cosechas de los más cercanos.

-Incita a reflexionar.Muy bueno!

Anónimo dijo...

¿El dragoncito quiere ser malo? Cuchicuchicuchi....

Que no, Terminus, desengáñate, que para eso hay que valer...

Anónimo dijo...

Moraleja para el dia de hoy,mmmm..., muy bonito.Da gusto entrar a leer cositas asi.

terminus dijo...

- Guille, ¿Que haces levantado a esas horas?. La película que dices... genial.
- Ivich, gracias guapa.
- Iralow, huy, vas a tener que ponerte un cartel: Quidado que quemo, jeje. Cada vez que se me ocurra otro cuento lo pongo, por supuesto.
- ea!, fíjate, matar a un dragón. Con lo contento que estaba el dragoncito.
- Fluuuuu, gracias. Te contaré más cuentos.
- Jhonpy, pero.. ¿Que dificil es encotrar la medida usta de aldeano y dragón?
- Eride, que no, que no quiero ser malo. Estoy muy bien siendo bueno pero muchas veces lamento serlo, a los malos parece que todo les sale bien. (feo y bueno, vaya futuro me espera...).
- Lazy_rain, gracias, como he dicho más arriba procuraré escribir más cositas así.

Un Beso guapas, un abrazo majos

Edu

Eli dijo...

Bonita historia, adoro los dragones, siempre he pensado que los dragones medievales tenían que ser malos, el ser humano era malo con ellos, pues este pobre dragoncito al final descubrió que era demasiado bueno con quien no se merecía, un beso. :)