miércoles, octubre 04, 2006

Diferente

A veces se paraba a mirar… ¿El que? Conocía todos los corredores de memoria, podría estar semanas enteras andando con los ojos cerrados, no chocaría con ninguna esquina. Sabía todo de aquello de a falta algo mejor consideraba su hogar.

Pasó por encima de un cadáver que debería de llevar unas dos semanas allí. ¿Por qué seguían molestándole? El no se metía con nadie, nunca había salido de allí, estaba encerrado de por vida. ¿Qué afán de gloria les movía?

¡Héroes! Eso se creían, pero no veía donde estaba el heroísmo en molestar a alguien como él, atormentado y sólo toda la vida.

Nunca nadie había escuchado su poesía, nunca habían disfrutado de su voz, o de su ingenio. Había aprendido a hablar gracias al rumor de las voces que llegaban de lejos. Sabía que existía la escritura, pero jamás había visto texto alguno. Lamentó amargamente el no saber leer ni escribir.

Pero ya estaba cansado, no haría frente al último hombre que le desafiaría esta misma noche, al menos su muerte serviría para encumbra al último “héroe” con el valor suficiente para desafiarle.

Sería el final, después de tanto tiempo sólo, desde que el Rey Minos le encerrara en el laberinto. ¿Por qué? Por ser diferente, como si hubiera podido escoger su nacimiento. Por ser considerado una bestia, por haber nacido así por los pecados de otros.

¿Por qué se cruel con alguien inocente?

Eduardo

PD: Por si alguien todavía no se ha enterado, hablo del Minotauro. Hijo de Pasifae (esposa del Rey Minos de Creta) y de un toro blanco de Zeus. Otra versión es que Zeus se transformó en toro para la ocasión. Menudos sinverguenzas los dioses del Olimpo.

9 comentarios:

Burnout. dijo...

Como imagino que ya sabes que esta fábula pretende hacernos pensar en que nos tenemos que enfrentar a nuestra parte más oscura en el laberinto de la mente.
Al vencernos a nostros mismos, somos héroes, pero también enterramos algo que nos es propio.
Un saludo

Isthar dijo...

Mitología y Luis Royo ¡¡qué más puedo pedir!!

Y que conste que Zeus era más que un sinvergüenza ¡¡era un golfo!! Pero mira que me gustan los dioses del limpo y sus historias :)

iralow dijo...

Es curioso, es la segunda vez que el Minotauro se cruza en mi vida este año...y pensaba precisamente eso, por qué encerrar a un ser solo por que no es lo que los demás aceptan? Al final, pierden todos. Por cierto niño, no estoy bien, pero tampoco estoy mal, creo que simplemente, estoy.

Besito, prometo escribirte en cuando esté...

Besotes varios

Awake at last dijo...

Me encanta la empatía que le aplicas a todo, :-)

Muuuuaks.

Raphaela dijo...

Los laberintos de nuestras mentes dan a varias ventanas en el analizamos y parcializamos cada fragmento por decifrar, hay algunos que nunca han escuchado su poesía interna, nunca han disfrutado de su voz, o de su ingenio...
Él había aprendido a hablar gracias al rumor de las voces que llegaban de lejos. Sabía que existía la escritura, pero jamás había visto texto alguno. Lamentó amargamente el no saber leer ni escribir pero así es el poder de nuestra mente...

Pero ya estaba cansado, no haría frente al último hombre que le desafiaría esta misma noche y la próxima, al menos su muerte serviría para encumbra al último “héroe” con el valor suficiente para desafiarle...

Los laberintos puden ser eternos...

Sería el final, después de tanto tiempo sólo, desde que el Rey Minos le encerrara en el laberinto. ¿Por qué? Por ser diferente, como si hubiera podido escoger su nacimiento. Por ser considerado una bestia, por haber nacido así por los pecados de otros...
Hay algunos que se pierden en estas paredes y jamás pueden encontrar la salida....

Churra dijo...

Pues a mi leer esto me ha producido una sensacion de soledad tremenda.

Supongo que cada uno tenemos nuestro propio laberinto en el que andamos encerrados por ser diferentes a los demas diferentes

Precioso.

Besos

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Si la mitología grecorromana es lo más sabio y más cachondo de las hojas de la Historia. A veces divertida, otras romántica y satírica, otras tan cabrona...

Gracias por recordarme el mito, Sr Guinness.

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

jejeje
Muy lindo.

Un beso

Pow dijo...

Eso de ponerse en la piel (y aquí lo de piel queda que ni pintado) de otro siempre es un ejercicio complicado. Aunque últimamente parece que le estás cogiendo el gustillo a estas fábulas reinterpretadas. ¿Algún resquemor pendiente? ;-)