Para Bea, aunque seguro que no lo había imaginado así.
Era un decisión difícil pero sería la última, se iría por fin a disfrutar de un poco de sosiego al lado de aquel relajante rincón de la playa. Era su rincón especial.
Allí había jugado de niño junto con su abuelo y descubrió por primera vez la fuerza de las espumosas olas de aquel mar frío. Podía sentir como el agua escarbaba en la arena debajo de sus pies y le mojaba los tobillos, como le salpicaba el agua salada en la cara. Era el descubrimiento de la más agradable de las sensaciones.
Allí en aquel apartado rincón de la playa, había hecho cómplice al mar de sus primeras travesuras de adolescente. Todavía recordaba la cara de aquel aprendiz de matón al descubrir que “alguien” había decidido poner en remojo su flamante motocicleta, pero se lo merecía.
También fue el mar cómplice, y su más preciado confidente, con los primeros amores de su juventud Todos se marcharon, pero las frías aguas aun guardaban el secreto de aquellos alborozados amoríos sobre la arena del rincón de la playa.
Y allí había dado el relevo a sus retoños del cariño hacia aquel su mar. Al principio asustados, luego curiosos, finalmente hechizados como él desde hace tanto tiempo.
Recordaba el diagnostico de apenas hace tres semanas, no había solución. La enfermedad le devoraría en cuestión de meses. No quería entrar a formar parte de las estadísticas de los hospitales, no sería un grano de arena más en las aguas revueltas los médicos. No.
El ya había tomado su decisión y se sumergió en aquellas aguas frías que le habían acompañado toda su vida. Y se fundió con el Mar, como la espuma.
Términus - L. Eduardo Parra
11 comentarios:
Buenos días :)
Como siempre, imaginamos algo y nos devuelves una buena bofetada de sentimientos. Y que conste que no es nada malo, que sentir tristeza, como dice Malula, nos recuerda que estamos vivos.
Un beso muy fuerte niño.
Qué bueno... no es la primera vez que leo algo sobre el mar acogiendo a quien le elige como entrada al otro lado. Cuando yo empezaba a jugar a esto de poner en palabras lo que pasaba por la cabeza, escribí algo llamado "Cuna de Coral", donde una muchacha encontraba también en la espuma la cuna donde dormir para siempre...
"Y de pronto, nada.
Encontraron su ropa tirada en la playa
y un cuerpo joven y esbelto
atrapado en los corales
con una sonrisa en los labios"
Será por su calma, por lo inmenso... pero el mar promete descanso.
Buenas, profundo y eterno, asi es el mar, tu relato me ha recordado cuando mi abuelo me enseño a nadar en el mar.
Los niños de hoy en dia con tanta piscina climatizada y demas no saben de la inmensidad del mar.
El relato triste como ultimamente, te deja el corazon encogido. Escribimos lo que vivimos.
¿Para cuando un relato alegre? ¿Sobre la amistad? Pero de la buena, no de los malos amigos que te dejan a la minima en cuanto tienes un problema, que te veo venir.
Terminus de Kalgash te digo:
Pasaréte las facturas de mis camisas. Agujereadas todas porque, cabroncete que eres, me pones los pelos como escarpias del 12.
una historia preciosa, un deleite para la imaginacion... cada vez me gustan mas tus relatos.
Enhorabuena.
Un besazo.
Vaya, querido Terminus, no ha quien te saque de la tristeza... Lo leía y me acordaba de H.C.Andersen y su Sirenita.
Lo siento la verdad, pero como hay sequía... No de verdad, realmente no soy tan triste, o a lo mejor la tristeza la canalizo a mis escritos. Pero es que un final feliz... las musas me niegan un final feliz, Veo tan irreal eso de "y fueron felices y comieron perdices". En el próximo relato prometo no ser tan triste, sólo me cargaré a toda la raza humana.
Menos a dos niños puros y lindos que se amarán etennamente en una tierra desolada por la destrucción de la raza humana.
Jo. Mira que también es triste, ¿eh?
No Wardog, ese no es el final. Pero muchas gracias por la sugerencia, me has dado una buena idea para un nuevo relato. La acabas de liar chaval.
¡YEEEEEH! ¡Aniquilación mundial! Yo te ayudo, Terminus, no encontrarás a nadie más predispuesto que yo. Pero empezamos por el personal de cierta oficina, ¿eh?
Fluflu, tu pura pura no eres...
Terminus, si necesitas jinetes para el apocalipsis y ya tienes los cuatro clásicos, aquí te dejo yo la Estupidez, la Vagancia y la Soberbia, que andan pululando por algunos departamentos de por aquí...
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