El rapto
Para Eride, todas sois tú y todas magníficas.
Junto con su hermana melliza eran los más pequeños de cinco hermanos. Eran una familia de la élite de la sociedad, no carecían absolutamente de nada. Su padre un militar de carrera y su madre una abogada de prestigio en la nómina del gobierno.
No entendía el trato especial dispensado por el servicio de la casa, aunque parecía el mismo que a sus hermanos había un algo distinto. Los miraban con una mezcla de lástima y condescendencia que no podia explicar.
Sus hermanos, aparte de que los niños en su sinceridad llegan a ser crueles, a veces les decían que siempre serían distintos.
También estaban los guardaespaldas, de más pequeños les habían dicho que eran sus ángeles de la guarda, pero poco a poco se estaban convirtiendo en carceleros. No les quitaban nunca la vista de encima y apartaban a todo aquel que se acercara a menos de cinco metros de ellos en cualquier sitio.
No entendía todas éstas medidas especiales entorno a dos niños y menos cuando sus hermanos mayores no eran merecedores de tantas atenciones.
Hasta hoy. Buscando entre lo cajones de su padre un bolígrafo, encontró los documentos que lo aclaraban todo. Ahora incluso entendía la reacción de aquella mujer que tanto se parecía a su hermana. Aquella mujer llorando... desesperada... corriendo trás del coche... en la Plaza de Mayo.
Terminus (L. Eduardo Parra)
N.A.: Este texto puede reproducirse libremente siempre que se cite al autor.
Lo siento Eride, me pediste un rapto, y un rapto he escrito. Desde que lo mencionaste no me he podido quitar de la cabeza el rapto de niños a familias humildes para entregarlos a personas afines a la dictadura argentina. Seguro que tiene que ver que un cuarto de mi sangre es de allí.
19 comentarios:
Querido Terminus,
Muy bueno el relato. A ver que dice la Srta. Eride ya que como es una poco golfa, a lo mejor se esperaba algo sexy (o esa soy yo, ya no me acuerdo).
Qué cosas, acabas de conseguir casi las mismas mariposas en el estómago que me dejó Sarah Polley en la confesión de lo que fue su vida en "La vida secreta de las palabras". Teniendo tan cerca todos esos horrores, aún me sorprende la capacidad de olvidar que tenemos.
Impresionada, hasta se me han puessto los pelos de punta. Seguro que Eride no quedara decepcionada con el relato que las has dedicado.Muy emocional.
jope...la verdad es que se me han puesto los pelos como escarpias...
El usuario anonimo anterior, soy yo, Sehkmet, que no se que he hecho q no ha salido. Un saludo Terminus.
Bueno, parece que ya funciona el contador de visitas (también tengo ego).
Por lo que veo el relato no os está dejando indiferentes, cuando lo terminé y lo leí os puedo decir que me dió un escalofrío.
Creo que la vez que más impresionada me he quedado fue en Valencia, en una exposición sobre la guerra en Yugoslavia. Y no fue por las fotos, por los vídeos, por las explicaciones escritas de las salvajadas que se hicieron. Fue porque hablando en un tono sereno y frío tenía a mi lado a una persona a la que quiero muchísimo y esa persona iba contando cómo era vivir en Sarajevo en 1992, cómo morían tus vecinos, cómo entraban balas por las ventanas, tener que correr para cruzar una calle y respirar aliviado cuando no oías que las balas penetraban en la carne. Y cómo sabía que los francotiradores intentarían apuntarse una muerte más con su cadaver, porque era un niño y la muerte de un niño se pagaba mejor.
Y aún así a veces me olvido de la suerte que he tenido.
Muy bueno el relato, te has convertido en otro de los blog que leo a diario, como siga asi no me va a quedar tiempo para nada.
Saludos
PD: este es mi tercer comment ¿no?. Me habia olvidado del de polemica, que control...
Cattz, la antigua Yugoslavia, es a mi entender la gran verguenza de Europa. Si yo por aquel entonces ya adivinaba lo que iva a ocurrir,¿Dónde estaban los grandes dirigentes europeos?
Y seguimos igual, las víctimas, las de siempre. El pueblo llano.
Hay veces que de verdad me gustaría vivir en otro planeta.
Chao
Cdaae, aquí se pasa lista todas las mañanas, ni se te ocurra faltar.
Gracias Terminus. Por todo
:*
Niña Fluflu, la golfa, ya me acuerdo que era yo.
En la antigua Yugoslavia, que servidora solía conocer bien la fastidiaron (por no usar una palabrita más fuerte) una panda de políticos imbéciles. Y la desmenuzaron. Y la destruyeron. Una lección, quizás...
Muy original el relato, Terminus.
Y todavía mejor tu intención.
Chapeau.
Amigo Términus,
Para que no se me olvide desearte buen viaje a Dublin y que vuelvas con fantásticos recuerdos.
Qué barbaridad. ¡A ver quién carajo me desengancha la camisa de los pelillos!
Genial. Virtuoso. Inspirado. Jo.
Bueno...yo entraba aqui para preguntarte con qué color y dibujo identificabas tu blog para el ladrillo de enlace y HALAAAAAAAAAAAA...me voy con un 0,5% de corazón menos.
Eso se avisa en la puerta, hombrepordios...
PD. Yo me compro tu libro si lo hay y si lo "habrá".
Es que es peligroso venir a leer por aqui, nunca sabes a qué fibra le toca estremecerse esta vez.
Y estoy con Nepo, si sacas libro yo lo compro(y pondré una sección en mi librería para libros de bloggeros que conozco) XD
jou, que triste... venía a ver que clase de blog era este y me has dejado con el corazon hecho pulpa U.U
Entonces... el que tengo preparado para el lunes que viene...no se.
Pero por otro lado me alegro de que no tengais el corazón encallecido por tanta desgracia, que todavía algunos ejemplares de la especie humana conservan su capacidad de sentir...
Gracias a todos.
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