Al fin...

¿Por qué? Por que todos los días tenían que ser siempre iguales. Por que no podían dejarle en paz de una vez, el no se metía con nadie, era incapaz de matar una mosca. ¿Por que?
Siempre, cuando se escapaba un problema terminaba encima de su mesa, ¿Acaso no había otros? Siempre, lo mismo... un día tras otro, siempre.
Era buena persona, una persona más en esta mierda de mundo. Con toda la humanidad para elegir siempre terminaba igual. Era buena persona pero se estaba cansando de serlo.
Pero se vengaría, cargaría en sus conciencias todo el daño que estaban provocando, sería su triunfo, su gran venganza contra todos estos puñeteros seres que se empeñaban en amargar su ya jodida vida.
Desde la aguja de la torre hizo un corte de mangas hacia el cielo. Si es cierto que existe un dios que reciba este último mensaje.
Abrio los brazos, sintió el aire de la noche en sus cansados ojos y saltó. Los segundos que pasaron hasta que se convirtió en una masa sanguinolenta sobre el asfalto fueron los más felices de su vida. Al fin voló, Por fin...

Eduardo

PD: Es sólo un relato, no penseis cosas raras.